A modo de presentación

El amor a la fotografía ha creado este club en el que cada uno, en mayor o menor grado, es poseedor de un trauma que le hace tan especial que si cualquiera de los componentes de este club no hubiese estado ese día, esto no habría sido posible. Desde ese amor y siempre con humor y respeto compartiremos imágenes y pensamientos.


martes, 8 de julio de 2008

Manual de la Autofoto

Hacerse una foto a uno mismo es complicado, porque se pierden completamente los conceptos de encuadre y de composición que sí se tienen con un modelo, por lo que hemos de agudizar el ingenio para hacer un buen trabajo.

Elementos indispensables para empezar a trabajar:


Un trípode o una superficie plana y segura donde colocar nuestra cámara. No es primordial que esté a nuestra altura, pero es aconsejable que esté lo suficientemente alta, como para poder estar, al menos, sentados en una silla.


Un disparador automático. De cable o inalámbrico, dependiendo de la distancia a la que nos vayamos a separar de la cámara. Podemos usar también el disparador ralentizado de la cámara, pero nos obligaría a ir
y volver de la cámara al punto de foto una y otra vez para darle al botoncillo…

Un fondo lo más homogéneo posible. Podemos colgar una tela, o elegir una pared lisa y bien iluminada. Un fondo liso nos permite realzar lo que está en primer plano (nosotros) y en caso de que sea necesaria post-produ
cción, será más fácil hacer cambios si es uniforme.

La luz

Si es de día, lo ideal sería poder estar cerca de una ventana, de
cara a ella para que no haya exceso de sombras y evitar (a menos que se pretenda trabajar con contraluces) ponernos de espaldas a la fuente de luz. En cualquier caso, si estamos utilizando trípode, ojito: no debe hacernos sombra.


Es preferible que esté un poco por debajo y la cámara se incline un poco hacia arriba, que dejar sombras en nuestra cara. Trabajando frente a una ventana, podemos hacer que la luz se suavice, poniendo una cortina, o incluso papel pegado con celo o cinta de carrocero sobre el cristal. En caso de que no queramos que los vecinos nos vean hacernos fotos (lógico y normal), podemos comprar papel adhesivo por jabón, que se quita y pone con facilidad, no mancha y puede hacer que el cristal sea completamente opaco, sin perder excesiva luminosidad.


Si es de noche, un foco halógeno (de sobremesa) sería perfecto. La luz del techo está desaconsejada, porque genera muchas sombras molestas y muy poco favorecedoras. Cuando más “concentrado esté e haz de luz sobre nosotros, menos se verá el fondo. Recordad ajustar el WB antes de empezar a disparar. El uso del flash admite un millón de posibilidades, a gusto del fotógrafo.

La posición y el enfoque

Vamos a hacer fotos sin mirar, así que debemos tener paciencia porque no siempre saldrá lo que querríamos. Aún así, podemos hacer todo lo posible por evitar tener que descartar muchas: Una vez decidido dónde colocaremos la cámara, debemos fijar nuestra posición respecto a ella.

Sería interesant
e poder poner algún objeto en el punto donde nos colocaremos después, marcando el suelo para luego reemplazarlo por nosotros mismos, fijar los parámetros en la cámara utilizando el visor y desactivar después el AutoFocus para evitar que se desenfoque.

Otra opción es poner una
marca en el suelo, enfocarnos con el disparador a distancia y hacer una foto, volver la cámara para comprobar que efectivamente está enfocada, y dejarla en Manual. Como tenemos una marca en el suelo, ya sabemos que si nos colocamos en el mismo sitio, la cámara seguirá enfocando correctamente.

Desgraciadamente, estas técnicas no siempre serán posibles y tampoco son infalibles, por lo que me temo que en el peor de los casos, haremos las fotos en AF y cruzaremos los dedos.

Usando el zoom

Los retratos son fantásticos de cerca, mostrando detalles de nuestra cara, pero es muy complicado encuadrar bien si no estamos mirando por el visor. Por eso, la experiencia me hace recomendar trabajar con menos Zoom del que nos gustaría, en alta resolución, y si es necesario después, reencuadrar y ampliar en PS, Aperture o cualquier programa de edición. Puede que perdamos algo de calidad, sí, pero nos ahorraremos el disgusto de vernos estupendos, pero sólo a la mitad, por ejemplo…

Más detalles: una clave alta el color

En este punto, no puedo prometer que funcione la técnica, pero es interesante intentarlo. En días luminosos, a pie de ventana, trabajar con ISO alta, con una velocidad más lenta y el obturador abierto del todo (combinando los tres parámetros a nuestro gusto), puede resultar una gran opción. Se pierde detalle por el exceso de luz, a veces en exceso, pero tratando con cuidado la velocidad, podemos hacer claves altas en color, eliminando los poros o manchas de la piel sin perder excesivo detalle de las facciones. Al tener el obturador abierto, la profundidad de campo se reduce, realzando nuestro retrato.




Post-producción


Como siempre, y aún no siendo lo más recomendable para muchos, siempre nos queda Photoshop para limpiar impurezas, reencuadrar y ampliar, o eliminar aquel cuadro de la pared que se nos ha colado en la foto. Para este tipo de cuestiones, no os perdáis las próximas entradas sobre “Herramientas básicas de retoque”.


Leo

1 comentario:

Anónimo dijo...

Visto el resultado, tu técnica es excelente...